El juicio de residencia consistía en una investigación a la cual los funcionarios eran sometidos una vez terminado su mandato, una especie de auditoria sobre el desempeño en sus cargos. Este derecho era ejercido con el supuesto propósito de la corona de controlarlos y mejorar el gobierno indiano.
Así como la residencia era un evento público, dónde se pregonaba para que toda la comunidad tuviera conocimiento del mismo, de esta misma manera somos invitados como público a ser testigos de este dictamen, en el cual se fusionan y se confunden las voces de Hernán Cortés y la Malinche con la intención de defenderse.
Estas voces nos convocan a transitar un pequeño tramo de la historia latinoamericana a través de dos relatos basados en textos de Eduardo Galeano, pertenecientes a su obra "Memorias del fuego".
Raquel Albéniz, con sus palabras vibrantes y claras, nos lleva a imaginar y adentrarnos en un tiempo pasado que sigue latiendo en las imágenes de una cultura remota. Cortés se enfrenta a ser interpelado por sus actos, la falsa serpiente emplumada alza su voz tratando de convalidar su fatídico accionar como invasor.
“Juicio de Residencia”, dirigida por Hugo A. Ramos, es un pequeño paseo por la tierra del sol, dónde mazorcas, templos y volcanes devendrán en ruinas. Y tras largas y oscuras lluvias, se lavará la sangre que ha teñido la tierra.
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