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25.11.09

De poeta y de loco… - Texto: apkeooonnia{a73} (Publicado en Arterias #10 Abril/Mayo 2007)

Ahí deba estar el, por algún lado. A veces levanto la vista para verla. Siempre esta sentada en alguna silla vacía.

No puedo verla con frecuencia, es difícil encontrarla por los rincones.

La rastreo como un buzo, nadándome las pupilas a través de una copa con agua.

¿Estas allí?- Le grito.

Es blanca y casta, de rasgos finos, de pelo corto y desmechado, labios oscuros, y las pestañas curvas, como de unos cuatro centímetros. Es alta, como de unos veintitrés años. Usa un traje color crema, de buen corte, con la corbata floja y el chaleco mal abotonado. Sus manos son largas y sus dedos parecen tentáculos de un calamar. Tiene ese pelo blanco y revuelto, con mechas negras, y la voz tan grave y tan dulce que parece viento. También tiene negros los ojos, la corbata, los zapatos de charol y un sombrero tanguero que usa en ocasiones. Siempre fuma un cigarrillo armado, que la envuelve en una niebla lechosa. Me enamore de el la primera vez que la vi. Tan varonil y transparente.

La encontré accidentalmente a través de un vaso con agua mineral, sentado en la silla vacía frente a mí. No se quien es, pero el seguramente me conoce. Quizás sea el fantasma de algún chico que habito la casa, o un ángel de la guarda asignado a mí, que mas da?

Cuando la encuentro, me quedo mirándolo largo tiempo a través del vaso, como si fuera un prisma. Pero el me ve y se ríe con sarcasmo.

A veces mira la hora en un reloj de bolsillo que pende de una cadenita larga y fina, y me dice que no con la cabeza. No la entiendo. Cada tanto, emite algún sonido que me hechiza, y fuma su cigarro interminable llenando la casa de olor a incienso.

Y yo espero intrigada… a que un día mire la hora… y me diga que si.

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